ETA ha vuelto a irrumpir a bombazo limpio en nuestras vidas. Hoy ha tocado en Madrid. El día del atentado contra EITB y otros medios de comunicación me mostraba partidario de no intentar responder al porqué de las acciones terroristas. Si entramos en esa espiral solo les hacemos el juego propagandístico. Creo que da igual que sea para ir en contra de una supuesta obra, que en respuesta a no se que decisión judicial o para «entrar» en campaña. Nada ni nadie puede justificar una bomba.
Pero tampoco podemos permanecer mudos ante estos atentados. ETA sobra y estorba en nuestras vidas, amén de la evidente corrupción ética y moral que traslucen sus acciones. Y lo tenemos que decir alto y claro. Tenemos que se capaces de crear una «ola social» que ahogue, que tape a ETA para siempre. La deslegitimación social de ETA es la clave. Que ni un solo ciudadano o ciudadana de este País pierda un minuto intentando encontrar el motivo para un atentado y si lo emplee para reclamar el punto y final de estos cincuenta años de sinrazón.
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